Familias humanas y animales en catástrofes naturales

Los desastres naturales siempre han tenido lugar en el mundo, pero en las últimas décadas su virulencia y periodicidad han ido en aumento; mucho se especula sobre su origen en torno a un autoajuste que la propia naturaleza hace consigo misma, en boca de otros son la consecuencia de un modelo de vida capitalista que ha llevado las condiciones climáticas al extremo, estando en un punto sin precedentes y del que ya no se puede volver. Pero los desastres naturales no eliminan nuestra posibilidad de vida en el planeta de la noche a la mañana, ocurren paulatinamente, en distintas zonas y en diferente medida. Incluso en un mismo lugar, puede impactar de diferente forma a una misma comunidad. Lo que quiere exponer este artículo es esa situación recurrente de la que no hemos hablado lo suficiente y que es parte de las crisis como resultado de los desastres naturales: ¿Qué pasa con los animales?
Clarita y Oso

Ella es Clarita Brunilda Flores, vive en Guasacate, Nicaragua, en una casa reconstruida a pocos metros de la playa y fue una de las decenas de víctimas del huracán Iota que ocurrió en el 2020. Cuenta que la noche del huracán ella y su familia estaban durmiendo cuando de repente sintieron la casa llenarse de agua por la fuerte ola, salió prácticamente nadando de su casa, sin poder sacar nada y entre vecinos que se encontraban en la misma situación, se ayudaron para subir a una colina y se refugiaron en casa de otra vecina con algunos animales. No todos sus animales pudieron ser salvados, perdió dos gallinas, dos pájaros, algunos perros, pero Oso fue de los pocos que sobrevivió. Comenta que a todas las personas les dice que Oso es un sobreviviente del Iota. Comenta que a raíz del huracán el gobierno municipal envió ciertos víveres y vituallas para las personas damnificadas, sin embargo no enviaron ni comida ni medicinas para ningún animal. Esta situación se propagó al punto de que tuvo que racionar las pocas ayudas recibidas por parte de las autoridades para que sus animales puedan comer y no enfermen. Clara comenta el malestar de no haber sido asistida como necesitaba y que los animales no recibieron nada en lo absoluto.

La situación de Clara es muy similar a la que vivieron muchas personas en Ecuador cuando ocurrió el terremoto del 2016. Las familias perdieron a sus seres queridos, sus casas, sus negocios y únicas fuentes de ingresos. Los servicios sociales de asistencia gubernamental brindaron refugio a las personas damnificadas en carpas y coliseos, acondicionaron lugares para ese propósito, pero no pensaron en los animales de ninguna especie y no los dejaron entrar. Muchas familias reportaron que al menos uno de los miembros no se acogió al refugio con tal de no abandonar a sus animales.

Rescatistas trasladan en una improvisada camilla a un perro afectado por el terremoto de 7,8 en Ecuador. (Crédito: Policía Nacional de Ecuador). Noticia de CNN.

La situación de emergencia de muchos animales como víctimas en el terremoto de Ecuador se debía a múltiples factores. Muchos responsables de los animales fallecieron, otros fueron trasladados a hospitales y casas de salud, llevados a los centros de acogida, es decir, por razones de fuerza mayor no pudieron hacerse cargo de los animales y su destino se convirtió en incierto. Así mismo, muchos animales que se encontraban deambulando por las calles al momento del terremoto se echaron a correr y se perdieron. Algo parecido es el caso de Cosita, una perra en Esmeraldas que desapareció la noche de la catástrofe.

“Yo he vivido toda mi vida en Esmeraldas en una casa familiar, es como un condominio con varios departamentos. Era de noche y yo estaba con Cosita (su perra de familia) en la puerta de la planta baja y afuera mis tías y tíos jugando cartas en una mesa como siempre, de repente todo se empezó a mover tan fuerte, se fue la luz y en ese momento Cosita salió corriendo asustada. La busqué por meses y nunca apareció, la gente me decía que la había visto en algún lado pero cuando yo iba no estaba. Mi perra tenía 8 años y era como mi hija.” Jennifer Quiñonez 27 años.

Pero otra gran razón para explicar por qué los animales no son tomados en cuenta en situaciones de emergencia extrema como las presentadas, es la desatención en la que se encuentran en términos generales. La ausencia de leyes que reconozcan la importancia de los animales como miembros de la comunidad y como parte de las familias ha socavado por años la falta de regulación ético y técnico por parte de los gobiernos, al punto de que cuando desastres naturales se han suscitado existe una gran cantidad de animales en situación de calle que no hará más que complicar las labores de emergencia y rescate de las autoridades, sin dejar de mencionar cómo esto también afecta a la salud pública de toda la población.

La experiencia de Ecuador inspiró un proyecto sin precedentes a raíz de las historias de personas adultas mayores que durante el terremoto en Ecuador se vieron separadas de sus animales de familia, debido a los protocolos de rescate. Estudios científicos confirman la afectación física y emocional que una persona puede sufrir tras separarse de un animal querido. Esta situación inspiró la creación del libro “Mayores Amistades”, un compilado de treinta historias de adultos mayores residentes de la ciudad de Guayaquil y sus animales, considerados su familia. El libro fue realizado por el Gobierno del Guayas y la fundación Franz Weber y presentado a la ciudadanía en octubre del 2018.

Fotos del lanzamiento del libro Mayores Amistades en Guayaquil, Ecuador.

Otro desastre natural que expuso una situación muy parecida ha sido la erupción del volcán en La Palma:

El volcán de La Palma separa también de sus animales a decenas de familias que han perdido su casa

Muchos animales silvestres, domésticos y de la fauna urbana sufrieron las terribles consecuencias de lo ocurrido en La Palma. Esto ha movilizado a grupos de voluntarias y voluntarios que de diferentes partes del país han acudido a brindar manos que ayuden en esta situación de emergencia. No se trata solo de animales de familia sino también de especies protegidas, silvestres, más difíciles de manejar, sin embargo, la mayor parte de los esfuerzos han debido dirigirse a los primeros y esto al igual que en la situación de Ecuador, se debe a la falta de medidas de control responsable con los animales como perros y gatos.

Uno de los gatos rescatados de la zona de la erupción. Andrea Domínguez Torres/ Diario.es

Los desastres naturales afectan emocionalmente a las personas y a los animales

Los animales también resienten lo que ocurre a su alrededor. Muchas personas que en calidad de voluntarias han asistido animales en La Palma comentan el estrés en el que muchos de estos se encuentran a raíz de la catástrofe. Perder a sus familias, su hogar, tener una lesión en su cuerpo, encontrarse en un sitio totalmente distinto con personas que ve por primera vez puede ser traumático para un animal y cualquiera que haya convivido con uno puede dar fe de esto. Así mismo, para las familias que han perdido a un animal o han tenido que separarse de él ante una situación de este tipo, la angustia por el bienestar de su ser querido solo se suma a su situación emocional ya afectada en primer lugar.

Las autoridades deben reconocer esto de inmediato y crear las políticas públicas necesarias para asistir animales en catástrofe, partiendo desde el principio de que para muchas personas sus animales son su familia y cualquier asistencia que se les brinde sin tomar en cuenta esto, no se podrá considerar integral ni correspondiente a sus necesidades. Ejemplo de esto, lo ha dado la fundación Franz Weber asistiendo a animales en situación de peligro por el volcán y creando herramientas digitales que permiten a los animales reencontrarse con sus familias. En el artículo “Los (otros) animales en el volcán”, Leonardo Anselmi analiza la situación concreta de la catástrofe de La Palma en mayor profundidad. 

La web animaleslapalma.org ha tenido una impresionante repercusión en distintos medios dentro y fuera de España y son esos mecanismos creados desde lo civil que los gobiernos deberían tener muy en cuenta y acoger, después de todo, esto demuestra hacia donde la sociedad está apuntando. Además de la creación de esta web, desde la FFW estamos planificando un foro online con especialistas en la materia, para dialogar sobre cómo rescatar animales en catástrofes, por razones éticas y por prevención de zoonosis. Por eso les dejamos este formulario para que se puedan pre inscribir y así recibir los detalles sobre la fecha, hora y ponentes.

https://docs.google.com/forms/d/167MR4wir15Aoo9pCCTNpuWQJKg7yWtFpynokBPDLwkI/prefill

 

Virginia Portilla

Psicóloga, Coordinadora de Escuela Fundación Franz Weber