Las políticas públicas de la fauna urbana que contribuyen al plan de conservación de Galápagos

En los días previos a la publicación de esta entrada, varios medios de comunicación se hicieron eco de una situación en Galápagos que es insostenible y que ha venido empeorando con los años: el ataque de perros y gatos, que deambulan en libertad, hacia las especies endémicas. Esto ha encendido las alertas sobre cuáles son los planes de control para la fauna urbana que están poniendo en práctica en las distintas islas del Archipiélago. Esta vez la noticia vino desde la Isla Isabela.

Las publicaciones en redes sociales han levantado toda clase de comentarios que rodean la preocupación y la indignación frente a los hechos: ¿Cuándo el gobierno hará algo para proteger las especies endémicas?, ¿Qué dicen quienes defienden a los animales?, “en Galápagos no deberían existir ni perros ni gatos”, entre otros.

Lo cierto es que la situación no es fácil aunque puede ser resuelta, pero antes debe ser explicada. Las Islas Galápagos conforman una provincia en el Ecuador. La convivencia de la población con los animales se ha transformado con el tiempo. La comunidad siempre ha estado rodeada de las especies endémicas y a día de hoy, son muchísimas las familias que además conviven con perros y gatos, como miembros de su hogar. Estas últimas especies que pertenecen a la fauna urbana, fueron introducidas décadas atrás, como producto de la llegada de personas a las islas y con esto, dio paso al desarrollo de una sociedad que ha ido en incremento y que por la falta de control por parte de las autoridades, actualmente presenta los mismos problemas respecto de la fauna urbana que tiene cualquier ciudad donde este tema no ha sido debidamente atendido.

Pero ¿Quién tiene la competencia?

Galápagos es la única provincia del Ecuador cuya administración ha sido históricamente independiente en algunos marcos, contando con un Consejo de Gobierno de Régimen Especial de Galápagos por su naturaleza sin igual, respecto de otras regiones del Ecuador y del mundo. Por muchos anos, la regulación de todo lo concerniente a la fauna urbana estuvo a cargo de la ABG (Agencia de Regulación y Control de la Bioseguridad y la Cuarentena para Galápagos) una institución local creada justamente para regular todo lo que ingrese a las islas. Sin embargo, en la última reforma al Código de Ambiente del Ecuador, quedó establecido que son los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GADs) los responsables de trabajar por la fauna urbana en sus respectivos territorios y esto también incluyó a Galápagos. Con esto se marcó un “antes y un después” para el estilo de convivencia en las islas. Si bien previamente, las instituciones públicas y privadas, locales y extranjeras, colaboraban entre sí para aunar esfuerzos ante la falta de atención a la fauna urbana, a día de hoy la demanda desde la ciudadanía recae principalmente en los GADs.

La isla Isabela cuenta con su propio GAD Municipal, al igual que Santa Cruz y la isla San Cristóbal, la cual abarca isla Floreada. Tanto Santa Cruz como San Cristóbal, cuentan con ordenanzas municipales en ordenamiento de la fauna urbana desde 2016 y 2021 respectivamente. Podría decirse que al igual que en muchos países, la situación no ha sido controlada por múltiples factores: los marcos legales son muy recientes y en el caso de Santa Cruz están bastante desactualizados. No ha habido un presupuesto asignado acorde a las necesidades que la regulación de la fauna urbana requiere, la educación ha sido insuficiente y no siempre debidamente enfocada, en este sentido San Cristóbal sí ha mejorado muchísimo sus canales de comunicación con la comunidad y es algo de lo que hemos podido ser parte a través de la Fundación Franz Weber por el trabajo en territorio que venimos realizando desde el 2020. Fuimos, de hecho, promotores en la creación de su primera ordenanza para la fauna urbana. Existe una falta de personal veterinario, tanto público como privado, para la ejecución de un plan de control poblacional también ausente. A esto se suma el comercio ilegal de animales de compañía, un secreto a voces en las islas, que consiste en que las personas compran ilegalmente animales por internet o vía telefónica y los reciben en puertos no controlados por las autoridades, aún a sabiendas de que todo tipo de comercio de animales de compañía está prohibido allí.

¿Cuál es la relación entre las personas y los animales en Galápagos?

Las personas que viven en las islas han compartido el espacio con las especies endémicas desde su llegada. El turismo fue un sector comercial que fue creciendo conforme al desarrollo de las islas hasta lo que son a día de hoy. Pero la llegada de animales como perros y gatos es algo que tuvo un lugar y propósito en la historia muy distinto al actual y que ha ido evolucionando en el tiempo. Los primeros perros fueron llevados a las islas para apoyar labores de caza, una actividad reprochable que hoy continúa aunque en mucha menor cantidad. De los gatos, su llegada no está clara pero probablemente ocurrió a través de personas que se desplazaron en embarcaciones. Lo que sí impera en ambas especies es que en la actualidad la población isleña comparte un vínculo afectivo muy profundo con estos animales. Son tratados y considerados como miembros auténticos de la familia y hay personas que han convivido con sus animales durante 10, 12, 15 años o más. A pesar de haber sido especies introducidas, han ocupado un lugar en la sociedad y esto demanda un marco legal regulatorio que no se ha impulsado oportunamente. Lo cierto es que no se podrán eliminar de las islas a los perros y los gatos, la propia comunidad no lo permitiría. Pero lo que sí es urgente hacer, es poner en marcha todas las políticas públicas necesarias para la convivencia responsable con estos animales, lo cual es vital para la preservación de los endémicos.

¿Cuáles son las políticas públicas necesarias?

Los GADs municipales de las islas Galápagos podrían desarrollar un plan de control ético y técnico de la fauna urbana accionando 4 frentes que de manera simultánea potencian de una vez por todas la crisis actual en esta materia: esterilización completa de todos los animales de familia, entiéndase como perros y gatos de ambos géneros, sancionando sin excepción a las personas que permitan a sus animales merodear solos, ejecutando una campaña de educación permanente en el cuidado de la fauna urbana y su impacto en la fauna endémica, y por último, estableciendo mayores controles en la introducción de gatos y en su mayoría perros de raza a las islas por puertos clandestinos.

Conclusiones

Resolver las consecuencias que trae la desatención de la fauna urbana no es sencillo, muchas administraciones públicas lidian con esta situación en sus ciudades y Galápagos es muy diferente en este sentido a cualquier otro lugar. No sólo es una isla, lo cual demanda realizar un tratamiento específico de este y todos los temas, haciendo una evaluación de la situación real y todo lo que se requiere; sino que además tiene una fauna endémica única en el mundo y como cada rincón del planeta, también tiene que padecer los efectos del cambio climático. Es aquí cuando todos los esfuerzos posibles en materia de conservación cuentan y mucho.

En el presente mes de mayo de este año, todos los gobiernos seccionales del Ecuador, lo que incluye las Alcaldías (Gad), han renovado sus autoridades y con ello, la posibilidad de contar una nueva historia de convivencia entre humanos y animales, una interacción que ha estado presente en Galápagos durante mucho tiempo y que hoy, más que nunca demanda una urgente revisión y mejora, por la preservación de las islas encantadas.

Foto de portada: Diario el Universo

Virginia Portilla Cabrera